
Aunque la RAE confiere distintos significados para esta palabra, en Cuba alcanza otra dimensión. Los puros están relacionados con la condición de ser personas maduras, con experiencia, a la cual se le profiere gran respeto por su sabiduría, llegando al extremo de que a las madres y padres se les llega a llamar de igual manera (puras y puros).
Sergio y Alejandro son el resultado de una crianza, musicalmente hablando, de la compleja Habana de los 90. Tulbovitz, se graduó de “afrocubano” aunque es nacido en Uruguay y Frómeta nació con esa “extraña” costumbre habanera de andar con una guitarra cantando por el malecón. Hoy se juntan en otro continente, dos vidas paralelas, que aunque aparentemente sean distantes, no dejan de ser dos PUROS descargando en un rincón de Madrid como si fuera una esquina de La Habana.
Tulbovitz vuelca aquí su experiencia de varios proyectos y formaciones donde ha desarrollado sus conocimientos de percusión latinoamericana, desde Brasil, pasando por sus raíces uruguayas, hasta Cuba, con toda la influencia Afro que estas contienen, incluyendo la percusión sinfónica.
Frómeta, por su parte, aporta su especial visión de la canción contemporánea cubana, a través de un repertorio compuesto con estructuras de la música cubana, como el son, el bolero, el danzón o la rumba, combinadas con elementos de cualquier otro medio o género como el rock, el pop, el jazz o la música clásica contemporánea.

Aunque la RAE confiere distintos significados para esta palabra, en Cuba alcanza otra dimensión. Los puros están relacionados con la condición de ser personas maduras, con experiencia, a la cual se le profiere gran respeto por su sabiduría, llegando al extremo de que a las madres y padres se les llega a llamar de igual manera (puras y puros).
Sergio y Alejandro son el resultado de una crianza, musicalmente hablando, de la compleja Habana de los 90. Tulbovitz, se graduó de “afrocubano” aunque es nacido en Uruguay y Frómeta nació con esa “extraña” costumbre habanera de andar con una guitarra cantando por el malecón. Hoy se juntan en otro continente, dos vidas paralelas, que aunque aparentemente sean distantes, no dejan de ser dos PUROS descargando en un rincón de Madrid como si fuera una esquina de La Habana.
Tulbovitz vuelca aquí su experiencia de varios proyectos y formaciones donde ha desarrollado sus conocimientos de percusión latinoamericana, desde Brasil, pasando por sus raíces uruguayas, hasta Cuba, con toda la influencia Afro que estas contienen, incluyendo la percusión sinfónica.
Frómeta, por su parte, aporta su especial visión de la canción contemporánea cubana, a través de un repertorio compuesto con estructuras de la música cubana, como el son, el bolero, el danzón o la rumba, combinadas con elementos de cualquier otro medio o género como el rock, el pop, el jazz o la música clásica contemporánea.